España ocupa un lugar preferente en la Lista Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Se trata del tercer país del mundo con mayor número de bienes catalogados con esta distinción, la más importante del ámbito turístico y patrimonial. Monumentos, parajes naturales, tradiciones o paisajes culturales son algunos de los tesoros que engrosan este privilegiado grupo en el que todos los destinos quieren estar.
Sin embargo, las Ciudad Patrimonio de la Humanidad son las que más atención acaparan entre los turistas que recorren España. En ellas se ha creado una atmósfera única gracias a su historia, su cultura o sus recursos culturales y naturales. Son 15, y lo único que comparten es esta distinción de la UNESCO, puesto que por lo demás son completamente diferentes, teniendo cada una de ellas su propia esencia. ¿Te vienes a descubrir algunos de sus secretos y los motivos por los que son Patrimonio Mundial?
Córdoba
Quienes sean amantes de ir en busca de los bienes Patrimonio de la Humanidad, encuentran en Córdoba su principal destino en España. Este rincón de Andalucía, el lugar al que un día miraba Occidente con envidia por su esplendor califal y su progreso social, cultural y económico, cuenta con cinco tesoros distinguidos por la UNESCO, destacando su casco histórico. Se trata de uno de los más grandes de Europa y es refugio de la herencia romana, árabe, judía y cristiana de la ciudad.

Aunque la Mezquita es el símbolo y estandarte de Córdoba, nadie puede perderse el Alcázar de los Reyes Cristianos, un paseo por el Barrio de San Basilio ni tampoco dejar de entrar a alguna casa típica musulmana, admirando sus bellos patios, decorados con cientos de flores y cuya fiesta del mes de mayo es también Patrimonio Mundial de la UNESCO, en la categoría de bienes inmateriales.
Ávila
En 1985, la ciudad de Ávila, protagonista del devenir histórico de Castilla, entró a formar parte de la Lista Patrimonio Mundial. La UNESCO reconoció con esta declaración que su emblema patrimonial es la pieza clave de su cultura, es decir, el recinto amurallado de estilo románico que todavía conserva de forma íntegra. En torno a sus murallas, ha ido creciendo y desarrollando la sociedad abulense a lo largo de los siglos, construyendo dentro y fuera de ellas multitud de edificios religiosos y civiles que, a día de hoy, son auténticos monumentos.

Además, Ávila es un ejemplo sobresaliente de un conjunto arquitectónico que ilustra una etapa significativa de la historia, como así es la Edad Media. El estilo y la seña medieval se aprecian a cada paso que dan los visitantes que se acercan hasta esta ciudad castellana, entrando en contacto con joyas románicas, una de las primeras catedrales góticas construidas en España o el misticismo de Santa Teresa de Jesús, uno de los personajes clave para entender también la esencia abulense.
Santiago de Compostela
El intercambio de valores humanos y el enriquecimiento de las culturas del mundo es una máxima de la UNESCO. Por ello, el destino del Camino de Santiago, una de las vías de peregrinación más importantes de la historia, tenía que formar parte de la Lista de Patrimonio de la Humanidad. La ciudad de Santiago de Compostela fue incluida en 1985, aunque su riqueza patrimonial, con la catedral consagrada al Apóstol como símbolo, también fue vital para engrosar este selecto club internacional.

Eje fundamental de la Cristiandad, Santiago de Compostela fue completamente arrasada por los árabes en el siglo X, lo que obligó a la reconstrucción de la ciudad. El tiempo parece que se ha detenido en ella, conservando todavía su trazado medieval, articulado en torno a su catedral románica, en la que el gótico y el Barroco también tienen una fuerte presencia, al igual que ocurre en el resto de sus monumentos.
Segovia
En 1985, la UNESCO declaró el casco histórico de Segovia como Patrimonio de la Humanidad. Los técnicos de este organismo internacional no tuvieron problemas a la hora de encontrar razones contrarias para incluir la ciudad en su preciada Lista. Al contrario, sobran motivos positivos para que esta urbe castellana formase parte de ella. El acueducto, emblema cultura y patrimonial de Segovia, es la obra de ingeniería civil romana más importante de España y una de las más importantes de toda Europa, en gran parte por su excelente conservación.

El ambiente medieval se mezcla con la herencia romana, con el Alcázar como dueño y señor de la ciudad, de una ciudad en la que los reyes de la Corona de Castilla, sobre todo los Trastámara, siempre tuvieron puesta su vista. Iglesias románicas, la última catedral gótica construida en España, patrimonio de la cultura judía y exquisita gastronomía completan la oferta turística de Segovia, un bien Patrimonio Mundial que deja sin palabras a sus visitantes.
Toledo
Capital imperial y ciudad de las tres culturas. Así se presenta Toledo al mundo, y así consiguió ganarse también el favor de la UNESCO, quien la incluyó en la Lista Patrimonio de la Humanidad en 1986, entre otros criterios, por ser manifestación de un intercambio considerable de valores humanos durante un determinado período, en parte gracias a la convivencia de árabes, cristianos y judíos. La catedral de Toledo es una joya del arte gótico y, junto con el Monasterio de San Juan de Los Reyes, es la máximo representante de la cultura católica y cristiana.

Por su parte, el símbolo de la herencia judía se observa en la Sinagoga de Santa María La Blanca, mientras que la huella musulmana en la Mezquita del Cristo de la Luz, un tesoro del arte califal. El alcázar representa el poder que la Monarquía ejerció a las orillas del Tajo en tiempos de Carlos V, así como los ecos de la triste historia reciente de la Guerra Civil. Estos son solo algunos de los muchos monumentos que esperan al visitante que acude hasta Toledo.
Cáceres
Después de los enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, la paz se vio truncada por las disputas por el trono de Castilla en el siglo XV, pero Cáceres volvió a renacer de nuevo tras la tormenta bélica. Los palacios nobiliarios volvieron a florecer, en gran parte por la fortuna del Nuevo Mundo, de la que la región extremeña se benefició, como tierra de descubridores en que se convirtió.

La arquitectura italiana que iba asentándose entre los muros de las murallas medievales de Cáceres se intercalaba con monumentos góticos o románicos, así como con la herencia que árabes y romanos dejaron impronta en el patrimonio de la ciudad. Toda esa huella de épocas de la historia fue reconocida precisamente por la UNESCO en 1986, incluyendo su casco histórico en la Lista Patrimonio de la Humanidad.
Salamanca
La Universidad situó a Salamanca en el orbe del renacimiento europeo del siglo XVI. Esta institución de enseñanza, una de las más importantes del Viejo Continente, lleva centrando la vida social y cultural de la ciudad desde hace más de 800 años. Para muchos, Salamanca es la Verona española, y es que hasta una pareja de enamorados forma parte de su historia, como así con Calixto y Melibea, los protagonistas de La Celestina.

El casco histórico de Salamanca fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988. Además de la Universidad, que fue elemento clave a la hora de obtener tal distinción, la ciudad tampoco se entendería sin la magia barroca de su Plaza Mayor, el doble encanto de su Catedral vieja y nueva, demostrando en ella la transición de los estilos artísticos europeos desde el románico hasta el mismo barroco, y los ecos de su pasado, que todavía resuenan en el Tormes, otro actor protagonista de la historia salmantina.
Mérida
No hace falta viajar hasta Italia para descubrir los secretos del legendario Imperio Romano. En Mérida, todavía perviven las hazañas de Hispania, al ser esta ciudad una de las más importancias de la provincia romana que se constituyó en la península Ibérica. Sus orígenes se remontan al 25 a. C., cuando el emperador Augusto fundó Emérita Augusta, la actual Mérida, que llegaría a ser la capital de la Lusitania.

En 1993, la UNESCO reconoció la importante herencia romana de Mérida, al incluir su conjunto arqueológico, y por ende la ciudad, en la Lista Patrimonio de la Humanidad. El teatro es su principal emblema, sobre todo porque, todavía hoy, después de más de dos mil años, sigue siendo utilizado con su misma función primitiva y para lo que fue construido, desarrollándose en él cada verano un Festival Internacional de Teatro Clásico.
Cuenca
Posiblemente, los técnicos de la UNESCO vivieron en primera persona lo mismo que les ocurre a muchos turistas que se acercan hasta Cuenca: quedan impresionados con las casas colgadas que sobreviven al paso del tiempo en un saliente rocoso de la hoz del río Huécar. Sin embargo, esta ciudad de Castilla-La Mancha abarca mucho más que este conjunto de curiosas viviendas levantadas entre los siglos XV-XVI.

En Cuenca, se construyó la primera catedral gótica de España, que ostenta ese título junto con la de Ávila, aunque la conquense presenta rasgos más marcados procedentes de la vecina Francia. Este monumento, junto con las casas colgadas, ha demostrado cómo se ha adaptado a los nuevos tiempos, destacando sus vidrieras de diseño abstracto, un arte al que se ha consagrado un museo dentro de las citadas casas colgadas. Todo ello, junto con el recinto amurallado, completa la oferta turística más importante de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996.
Alcalá de Henares
En 1998, España gana una nueva inscripción en la Lista Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en este caso gracias a la Universidad y recinto histórico de Alcalá de Henares. Esta ciudad situada en la Comunidad de Madrid es la primera ciudad universitaria planificada de todo el mundo, un sueño y realidad conseguida gracias al Cardenal Cisneros, madrileño de Torrelaguna y una de las figuras más importantes en la España de finales del siglo XV y principios del XVI.

A pesar de la importancia de la Universidad, no hay que olvidar tampoco que en Alcalá de Henares nació el 29 de septiembre de 1547 el escritor Miguel de Cervantes, artífice de El Quijote, la primera novela moderna de la literatura mundial. Aprovechando la visita, los turistas también se acercan hasta la Catedral-Magistral de los Santos Justo y Pastor, obra de estilo gótico y renacentista consagrada a la advocación de estos mártires, los Santos Niños, que nacieron y perecieron en la misma ciudad en el siglo IV.
Ibiza
Cultura y naturaleza se dan la mano en Ibiza, y así queda reflejado también en la Lista Patrimonio Mundial. El 4 de diciembre de 1999, la UNESCO incluyó a la isla en este selecto club bajo la denominación “Eivissa, Biodiversidad y Cultura”. Dentro de los bienes afectados por la distinción, se encuentra el Dalt Vila, es decir, el casco histórico, lo que directamente convierte a Ibiza en una de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. En este entorno, se aprecia la huella de los diferentes pueblos que han pasado por la isla: fenicios, cartagineses, romanos, musulmanes y cristianos de la mano de los aragoneses en el siglo XIII.

Las praderas de posidonia oceánica que rodean a la isla de Ibiza son el factor natural que forma parte de la declaración de la UNESCO, un recurso imprescindible y único en el Mediterráneo. No hay que olvidar tampoco la necrópolis fenicio-púnica de Puig des Molins y el asentamiento fenicio de Sa Caleta, vestigios de los primeros pobladores de todas las islas del archipiélago.
San Cristóbal de la Laguna
En 1999, la UNESCO declaró también Ciudad Patrimonio de la Humanidad a San Cristóbal de la Laguna, situada en la isla canaria de Tenerife. Conocida popularmente como La Laguna, el organismo internacional reconoció con esta distinción la herencia cultural de la que fue la primera ciudad colonial no fortificada de todo el mundo, precedente para las villas y ciudades que comenzarían a ser construidas también en el Nuevo Mundo recién descubierto.

San Cristóbal de la Laguna, que hasta el siglo XVIII fue la ciudad más importante y rica de las Canarias, cediéndole después el protagonismo a Santa Cruz de Tenerife, conserva el trazado original de comienzos del siglo XVI, así como sus palacios, casas coloniales, iglesias o conventos, un importante patrimonio artístico e histórico que pervive al paso del tiempo en un destino turístico al que la mayoría acude en busca del sol y la playa.
Tarragona
Hace más de dos mil años, Tarraco era una de las ciudades clave del Imperio Romano. De hecho, llegó a ser la capital de la Hispania Citerior, lo que dotó a la ciudad de una importante arquitectura que ha pervivido en algunos casos al paso del tiempo, contando hoy en día con un imponente patrimonio de la época romana. Anfiteatro, teatro, necrópolis o un acueducto son algunas de las maravillas que contemplan los turistas que pasean por las calles de la que desde el 2000 es la única Ciudad Patrimonio de la Humanidad de Catalunya.

Desde Tarraco, se creó Hispania. Fue la primera fundación militar romana fuera de la península Itálica, por lo que se podría decir que en ella se sembró la semilla del Occidente romano. Muchos de los vestigios de esta época fueron utilizados en los siglos venideros, siendo latente también la huella medieval en monumentos como su catedral. Por ello, no es extraño encontrar restos romanos en algún bajo comercial de las calles de Tarragona. Esta es también parte de su magia.
Baeza
En 2003, la UNESCO incluyó en la Lista Patrimonio de la Humanidad los “Conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza”, siendo las últimas ciudades de España, ambas situadas en Jaén, que han sido galardonadas con esta importante declaración. Tanto uno como otro, tal y como se puede ver en su denominación, sobresalen por la herencia de arte renacentista que se puede apreciar en sus calles.

Fuentes, torres, iglesias, palacios, conventos y hasta una catedral se dan cita en el casco histórico de Baeza, en la que un solo fin de semana se llega a quedar corto para conocer todos los secretos de sus monumentos, por los que corre la sangre de los artistas del Renacimiento y el estilo plateresco propio de España. Desde la Batalla de las Navas de Tolosa, que se libró a 60 km al norte de Baeza, en Santa Elena, la ciudad se convirtió en una plaza fundamental para la defensa de las fronteras, adquiriendo una riqueza que afloró durante el siglo XVI.
Úbeda
La hermana gemela de Baeza en la declaración de la UNESCO es, como ya hemos adelantado, Úbeda. Lo cierto es que ambas ciudades forman parte de un mismo viaje en la mayoría de los casos, aunque no se hacen sombra entre ellas. Úbeda también cuenta con un rico patrimonio renacentista, un nutrido grupo de monumentos civiles y religiosos que dejan igualmente boquiabiertos a los turistas, completando su experiencia con la rica gastronomía que se puede degustar en sus restaurantes.

Los turistas que realicen en algún momento una ruta por las 15 Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, además de quedarse fascinados con todo el tesoro patrimonial que ofrecen, también comprobarán la riqueza y diversidad cultural y natural de nuestro país. Pocos lugares hay en el mundo que ofrezcan tanto en un único espacio, en el que tantas civilizaciones hayan dejado su huella inmortal, donde la naturaleza sea tan cambiante en un punto u otro, y donde las tradiciones sean dispares y únicas allá donde se vaya. Sin duda, visitar Toledo, Cuenca, Segovia, Ávila, Salamanca, Santiago de Compostela, Tarragona, San Cristóbal de la Laguna, Ibiza, Úbeda, Baeza, Córdoba, Alcalá de Henares, Cáceres y Mérida te hará sentir un auténtico #turistaenmipaís.
J.