«Las mujeres patronas de las artes han sido víctimas de un particular tipo de muerte: el olvido», escribe Noelia García Pérez en su libro ‘Miradas de mujeres’. La autora, que es profesora de Historia del Arte en la Universidad de Murcia y una de las impulsoras de ‘Arte, poder y género’, es una de las responsables de ‘El Prado en femenino’, el gran itinerario del Museo Nacional del Prado para los primeros meses de 2023 y cuya principal finalidad es recuperar la memoria de Isabel I de Castilla, María de Hungría o Isabel Clara Eugenia, entre otras. Todas ellas son conocidas por ser grandes personajes femeninos de la realeza europea que contaron con un activo papel en un mundo político dirigido por hombres, pero también fueron mujeres que tuvieron una especial sensibilidad por el arte.
Sin saberlo, las mujeres que marcaron la historia española del siglo XVI son las principales promotoras de buena parte de la colección artística de una de las instituciones culturales más importantes del mundo: el Museo Nacional del Prado. Su fundación, llevada a cabo en 1819, corrió a cargo precisamente también de una mujer, María Isabel de Braganza, Reina consorte de España por su matrimonio con Fernando VII; además, a la muerte del Rey, su hija y sucesora, la Reina Isabel II, consiguió que la colección del entonces Real Museo de Pintura y Escultura permaneciera reunida y no se dispersara. Por tanto, los visitantes se encuentran ante un museo de claro acento femenino, ahora todavía más latente gracias a su último gran proyecto expositivo.

El itinerario ‘El Prado en femenino’, que podrá seguirse hasta el 9 de abril de 2023, propone un recorrido alternativo por la colección permanente del Museo Nacional del Prado para destacar el importante papel que han jugado las mujeres de la realeza española en la formación de la misma. El proyecto abarca el período de 1451, año del nacimiento de la Reina Isabel ‘La Católica’, hasta 1633, momento en que se produjo el fallecimiento de Isabel Clara Eugenia, Gobernadora de los Países Bajos y tataranieta de la anterior. Por tanto, el hilo dinástico se centra en las representantes femeninas de la Casa de Austria, dejando la puerta abierta a ampliarlo en un futuro para rescatar también la huella que dejaron las mujeres Borbón en la colección del museo.
Así es ‘El Prado en femenino’
Un total de 32 obras del Museo Nacional del Prado conforman el itinerario ‘El Prado en femenino’, que se divide en tres secciones: ‘Promotoras artísticas’ (salas 55 y 56), ‘María de Hungría’ e ‘Isabel Clara Eugenia’ . El recorrido comienza con un retrato anónimo de Isabel I de Castilla, quien sintió una especial debilidad por el arte a lo largo de su vida. Además de considerarlo un instrumento perfecto al servicio de la política y de su profunda religiosidad, la Reina Católica, que vivió a caballo entre el período medieval y el Renacimiento, supo valorar la estética de la obra en sí misma.

La Reina Isabel se encuentra acompañada en la sala 56 de otros retratos de mujeres de la Dinastía Habsburgo que no solo fueron grandes gobernadoras, regentes o consortes, ya que el siglo XVI estuvo marcado por el control femenino en las cortes europeas, sino que también heredaron de su antepasada esa pasión por el arte. Por ejemplo, sobresale el busto de María de Hungría realizado por los Leoni, quien envió al pintor Antonio Moro a retratar a algunos familiares, como su hermana Catalina, dando lugar a obras que precisamente hoy en día atesora el Museo del Prado. Aprovechando la presencia del maestro en Portugal, se le encargaron más trabajos, beneficiando así al intercambio no solo de piezas artísticas, sino también de autores.
En cuanto a la propia Catalina de Austria, que fue Reina consorte de Portugal por su matrimonio con Juan III en 1525 y cuyo retrato también se expone en la sala 56, destacó en el mundo del coleccionismo por ser la primera persona que instaló en la península Ibérica una Cámara de las Maravillas, mucho antes de que lo hiciera su sobrino, Felipe II. En ella reunía objetos exóticos procedentes de los territorios lusos en Asia que posteriormente también regalaba a otros miembros de su familia, dando lugar nuevamente a ese intercambio cultural.

Otro de los nombres femeninos que también destacan en el itinerario es el de Juana de Austria, Princesa viuda de Portugal y cuya labor de mecenazgo artístico pervive todavía en el Monasterio de las Descalzas Reales, en Madrid. Gracias a ella todavía se conversan grandes obras de, entre otros, Alonso Sánchez Coello, a quien encargó una gran cantidad de retratos familiares con los que demostrar también el poder de su Dinastía a todos aquellos que los contemplasen. Actualmente, todas estas joyas del arte siguen sobrecogiendo a quienes se adentran en el histórico convento.
María de Hungría e Isabel Clara Eugenia
En ocasiones, los visitantes pasean por las diferentes salas del Museo Nacional del Prado sin percatarse que algunas de sus obras más importantes son fruto de un patronazgo femenino y que, de no haber sido encargadas o adquiridas por aquellas mujeres, hoy en día esta institución cultural no sería lo que es. Por ello, el itinerario de ‘El Prado en femenino’ se presenta realmente como un acto de justicia para poder poner en valor que estas obras maestras de la Historia del Arte tienen un sello femenino, ya se trate de piezas mitológicas y devocionales, o retratos realizados con una clara intención política. María de Hungría e Isabel Clara Eugenia son las dos principales mujeres de este patronazgo.
Respecto de María de Hungría, es una de las figuras políticas más importantes del siglo XVI. Hermana de los emperadores Carlos V y Fernando I de Habsburgo, la hija de Juana I de Castilla fue Reina de Hungría entre 1521-1526 gracias a su matrimonio con Luis II de Hungría. Posteriormente ocupó el cargo de Gobernadora de Países Bajos durante 24 años, hasta que en 1555 decidió regresar a Las Españas, muriendo en Cigales (Valladolid) tres años después. Sin embargo, también ha pasado a la historia por su labor de mecenazgo en las artes gracias su mentalidad humanista.

La Reina viuda de Hungría encargó a Tiziano en 1548 la serie de ‘Las Furias’ para decorar la Gran Sala del Palacio de Binch, en Bruselas. Con clara intención política, tenían por finalidad mostrar el castigo reservado a quienes se alzan contra los dioses, en clara alusión a los enemigos de su hermano, Carlos V. Las obras se encuentran en España porque fueron legadas por María de Hungría a su sobrino, Felipe II. Del mismo modo, en sus manos estuvo el cuadro de ‘Carlos V en la Batalla de Mühlberg’, firmado también por Tiziano y otra de las grandes obras que atesora el Museo del Prado. Ahora, los visitantes ya saben la mujer que se encontraba detrás de estos tesoros.
Todas las obras anteriores vinculadas a María de Hungría tenían una clara intención propagandística, pero sus intereses artísticos también estuvieron vinculados a sus preocupaciones espirituales. Sin ir más lejos, adquirió la obra del ‘Descendimiento’ de Rogier van der Weyden para la capilla de su palacio de Bruselas, aunque había sido pintada para el gremio de Ballesteros de Lovaina. Haciéndose con este cuadro, la Reina de Hungría demostraba su entendimiento en pintura flamenca, y hoy en día el Museo del Prado lo expone con orgullo, como una de sus principales joyas artísticas.

Por su parte, que el Museo Nacional del Prado sea el que mayor número de obras de Rubens atesora en todo el mundo se debe en gran parte a la Infanta Isabel Clara Eugenia. La hija favorita de Felipe II, que podría haber llegado a ser Reina de Las Españas y terminó como Gobernadora de los Países Bajos, momento en que se confirmó como una estratega política única en la historia europea, mantuvo una gran relación con el pintor, convirtiéndose en una promotora fundamental del maestro. Sin embargo, su relación fue mucho más allá, ya que Rubens también acabó siendo su asesor diplomático, nombrándolo también gentilhombre.
En 1628, reinando Felipe IV, Isabel Clara Eugenia envió a Rubens a España para que informase al Rey sobre la situación en los Países Bajos españoles, como si de su embajador se tratase. Aprovechando la presencia del pintor en los reinos hispánicos, el Rey Planeta le encargó numeras obras, incluso copias tanto de otros artistas como de sus propios originales. Felipe IV quedó realmente enamorado de la pintura del maestro, al que nombró caballero en 1631; por ello, no es de extrañar que los cuadros que se ven al fondo de la escena de ‘Las Meninas’ de Velázquez sean de Rubens, y no de otros pintores. Por tanto, se debe a Isabel Clara Eugenia aquella decisión trascendental del trabajo del alemán en España, a pesar de lo desapercibida que pasa entre los visitantes del Museo Nacional del Prado.
Lo mejor de ‘El Prado en femenino’
‘El Prado en femenino’ ha cuidado los detalles al máximo y se ha convertido en la oportunidad de incorporar los cambios que el Museo necesitaba. Gracias a esta iniciativa, se ha llevado a cabo la revisión de numerosas cartelas que acompañaban a diversas obras y que tenían claros matices machistas. Sin ir más lejos, esto se apreciaba a la perfección en el retrato de María Tudor. Hasta entonces, esta Soberana inglesa se presentaba como «segunda esposa de Felipe II», cuando verdaderamente la nieta de los Reyes Católicos fue la primera Reina de Inglaterra por derecho propio. Además, se han eliminado descripciones innecesarias sobre su físico. Lo mismo ocurría con la Emperatriz María de Austria, descrita como «mujer del Emperador Maximiliano», o Catalina de Austria, que ha pasado de ser «Doña Catalina, esposa de Juan III de Portugal» para ser «La Reina Catalina de Austria».

Otro de los grandes aciertos de ‘El Prado en femenino’ ha sido la recuperación de seis obras que hasta entonces permanecían en los almacenes del Museo. Concretamente, los visitantes pueden disfrutar durante el itinerario del busto de María de Hungría, del retrato de Isabel de Valois realizado por Juan Pantoja de la Cruz, el de Ana de Austria de Bartolomé González, los retratos de Isabel Clara Eugenia y Alberto de Austria realizados por Rubens y Brueghel el Viejo, y el de Juan Federico de Sajonia de Tiziano. Gracias a este itinerario, los amantes del arte podrán volver a encontrarse de cerca con este conjunto de obras.
Cómo visitar ‘El Prado en femenino’
‘El Prado en femenino’ no es una exposición temporal del Museo Nacional del Prado, sino un itinerario por parte de la colección permanente, reestructurada para poder empoderar a las principales promotoras artísticas de la institución. Por ello, no es preciso adquirir una entrada diferente a la general. En el mostrador de la entrada es posible solicitar un folleto informativo para poder seguir este recorrido que ha contado con la dirección científica de Noelia García Pérez y que se mantendrá en activo hasta el 9 de abril de 2023.
Para completar la visita, es recomendable escuchar el capítulo 61 del podcast de ‘Arte compacto’, dedicado a este itinerario. Además, aquellos que estén más interesados también pueden disfrutar de visitas guiadas por ‘El Prado en femenino’ los lunes, en dos turnos: a las 11:00h y a las 17:00h. Se trata de visitas gratuitas para todos aquellos que hayan adquirido la entrada general al museo y el punto de encuentro es el mostrador de educación. Se lleve a cabo el recorrido de forma guiada o no, de lo que no cabe ninguna duda es que este proyecto nos hace sentir también unos auténticos #turistaenmipaís descubriendo la importante labor de patrocinio que llevaron a cabo las principales mujeres de la realeza española y europea que marcaron el siglo XVI.
J.