Las ruinas del Palacio de Valsaín, origen de los Reales Sitios de España

El recuerdo de los grandes personajes de la historia de un país no solo pervive en los libros, sino también en aquellos lugares que formaron parte de sus vidas. En el caso de los Reyes, su legado se mantiene vivo en castillos, palacios o monasterios, monumentos todos ellos en los que es posible poder descubrir sus biografías a través de las piedras que los sostienen. Sin embargo, la fragilidad de este patrimonio provoca que en ocasiones se pierdan también las huellas de quienes lo habitaron, silenciado una parte de la historia por culpa de derrumbes o incendios. Tal es el caso del Palacio de Valsaín, en Segovia, uno de los recintos palaciegos más trascendentales en España y cuyas ruinas tratan de sobrevivir al olvido.

Situado en la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama, la historia del Palacio de Valsaín se diluye en el tiempo. Reinando Alfonso XI de Castilla entre 1312 y 1350, parece que este enclave ya se utilizaba como cazadero real. Sin embargo, fueron realmente los Trastámara, especialmente Enrique IV, los que dieron el impulso a la conocida como Casa del Bosque de Segovia que terminaron de perfilar los Austrias Mayores. Carlos V y su hijo Felipe II dotaron a este entorno de un aspecto palatino que acabó siendo el germen de los Reales Sitios de España. Su desgraciado final, motivado por las llamas en 1682, todavía se escucha en las conversaciones de los habitantes de Valsaín, que han hecho de estas ruinas su fortaleza y emblema, mientras que la historia de este fundamental palacio sigue escuchándose a través de sus piedras.

Historia del Palacio de Valsaín

Cuando todavía la Casa de Borgoña tenía asegurado el gobierno sobre Castilla en la primera mitad del siglo XIV, Alfonso XI acudía hasta los bosques de Valsaín para disfrutar de la caza, una de las actividades predilectas de la realeza. Allí, posiblemente se hospedaba en una pequeña casa que nada tenía que ver con el palacio que acabaría gestándose siglos después. Aquel impulso comenzó precisamente de la mano de los monarcas de la siguiente dinastía que se sentó en el trono castellano, los Trastámara. Tanto Enrique III ‘El Doliente’ como Juan II llevaron a cabo ampliaciones en el pabellón original, aunque fue Enrique IV el que realizó la primera gran reforma que comenzó a transformar la Casa del Bosque de Segovia en un edificio de acento más palatino.

Vista del Palacio de Valsaín, realizada por Anton Van der Wyngaerde en 1562. Fuente: Biblioteca Nacional de Viena

Enrique IV de Castilla, que era un gran amante de la caza, decidió que el estilo mudéjar sería el imperante en las obras que realizó en la residencia de Valsaín. No es de extrañar la decisión del monarca, tan afín a los gustos moriscos y árabes. Sus sucesores en el trono, los Reyes Católicos, también formaron parte de la vida de la Casa del Bosque de Segovia, siendo bastante famosas las cacerías que el Rey Fernando II de Aragón organizaba en ella.

Felipe II y la creación del Palacio de Valsaín

Fue realmente la Dinastía de los Habsburgo o Austria españoles los que contribuyeron a que la Casa del Bosque de Segovia terminase convirtiéndose en un verdadero palacio real. Aunque el Emperador Carlos V se interesó en llevar a cabo las primeras reformas, realmente fue su hijo y sucesor, Felipe II, el que se involucró en que aquel pabellón de caza terminase convirtiéndose, sin él saberlo, en el primer Real Sitio de la historia de España.

Felipe II retratado por Sofonisba Anguissola. Fuente: Museo Nacional del Prado

El 2 de octubre de 1548, el entonces Príncipe Felipe de Austria comenzó un viaje por las posesiones españolas en Europa con la clara intención de que todo el Viejo Continente asumiera que él iba a ser el sucesor del Emperador Carlos V en el trono de Las Españas. Además de los motivos políticos, aquella travesía que se extendió hasta 1551 y que ha pasado a la historia como el ‘Felicísimo Viaje’ permitió al futuro Felipe II entrar en contacto con otras corrientes culturales, quedando especialmente prendado de la arquitectura propia de las regiones flamencas. Los tejados de pizarra o los chapiteles que los coronan y que tan extendidos están hoy en día en ciudades españolas son fruto de esa expedición que marcó un antes y un después en la vida del Rey Prudente.

Una vez que hubo regresado a Castilla, el todavía Príncipe Felipe encargó la reforma de la Casa del Bosque de Segovia al estilo flamenco, siendo el momento en el que el Palacio de Valsaín adquirió la fisionomía definitiva que mantuvo hasta el fin de sus días. Las obras, que fueron supervisadas por los arquitectos Luis de Vega y Gaspar de Vega, se extendieron entre 1552 y 1562, y las innovaciones que se incluyeron y ejecutaron los maestros flamencos llegados del norte de Europa también terminaron aplicándose a otros edificios; entre otros, al Alcázar de Segovia, cuyos tejados de pizarra al más puro estilo europeo son otra de las consecuencias del ‘Felicísimo Viaje’.

Primer Real Sitio de España

Desde que terminase la remodelación de la Casa del Bosque de Segovia en 1562, la Familia Real española comenzó a utilizar este nuevo complejo palatino, especialmente en otoño. El palacio se convirtió en lugar de recreo y descanso, siendo considerado por muchos como el primer Real Sitio de España. Además de la residencia real, había también jardines y otras dependencias anexas para dar servicio a la Corte mientras que se encontraba desplazada en Valsaín.

La Infanta Isabel Clara Eugenia nació en Valsaín. Fuente: Museo del Prado

Durante el tiempo en el que el palacio estuvo en pie, fueron muchas las visitas que llevaron a cabo los Monarcas españoles, desde Felipe II hasta el último Austria que se sentó en el trono de Las Españas, Carlos II. Cabe destacar, por ejemplo, que el Rey Prudente celebró en Valsaín su luna de miel con su cuarta esposa, Ana de Austria, del 12 al 20 de noviembre de 1570. Además, unos años antes, concretamente el 12 de agosto de 1566, había nacido en el palacio la Infanta Isabel Clara Eugenia, la hija favorita de Felipe II fruto de su tercer matrimonio con la Reina Isabel de Valois.

El ocaso de Valsaín, el amanecer de La Granja

Carlos II fue el último Rey que habitó entre los muros de Valsaín, así como también el último de los Habsburgo que sostuvo la Corona española. El 22 de octubre de 1682, un terrible incendio sentenció para siempre el palacio de estilo flamenco que Felipe II había perfilado en la que un día fue la Casa del Bosque de Segovia de la Monarquía medieval castellana. Aunque los daños no debieron ser excesivos, ya que su remodelación era posible para recuperar el inmueble para la Corona, la situación que atravesaba Carlos II en el trono provocó que el asunto no fuera prioritario en la agenda real.

El Palacio de Valsaín pintado por Fernando Brambilla en 1821. Fuente: Patrimonio Nacional

Con la llegada de la Dinastía Borbón en 1700, y tras la finalización de la Guerra de Sucesión en 1713 con la firma del Tratado de Utrecht, Felipe V se planteó llevar a cabo se reconstrucción, nombrando Maestro Mayor de Obras al arquitecto Theodoro Ardemans, pero la decisión posterior de edificar el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso apartó definitivamente el proyecto de recuperación de Valsaín. El palacio que un día reformase Felipe II no solo cayó en el olvido, sino que parte de sus piedras se utilizaron para levantar el palacio de estilo versallesco. Además, los propios vecinos de la localidad segoviana también hicieron uso de sus restos para construirse casas, que hoy en día se entremezclan con los escasos elementos del palacio que un día fue.

Así era el Palacio de Valsaín

El Palacio de Valsaín seguía el prototipo de complejo palatino al que se retiraba la realeza para disfrutar de unas jornadas de descanso y recreo. Después de la reforma al gusto flamenco impulsada por Felipe II, el ambiente renacentista se impuso en la que un día fue la Casa del Bosque de Segovia en la que habitaron los reyes medievales de la Corona de Castilla. Nuevos vientos provenientes de Europa habían llegado para impulsar las artes en los reinos castellanos, en un momento en el que Las Españas se estaba configurando como la gran potencia mundial a la que todos miraban.

Maqueta del Palacio de Valsaín del Centro Nacional de Educación Ambiental

La planta de Valsaín se dividía en el propio palacio, que acogía a la Corte, y por otro lado contaba con las casas de oficios. Dentro de la zona residencial, destacaba la existencia de la llamada ‘Galería de San Quintín’, que pudo ser similar al actual ‘Salón de Batallas’ del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Como se ve, Felipe II utilizó Valsaín como laboratorio para luego replicar todo ello en su gran proyecto religioso de la sierra madrileña. También sobresalía la capilla, fundamental en el palacio dada la férrea religiosidad de la Monarquía española; para este espacio de espiritualidad, el Rey Prudente adquirió la obra del ‘Calvario’ de Rogier van der Weyden, la cual terminaría decorando los muros de El Escorial, salvándose así de la quema de Valsaín.

Otro de los elementos principales de la estructura del palacio era la ‘Torre nueva’, la única que queda en pie en la actualidad de lo que un día fue el complejo real de Valsaín. Su construcción comenzó en 1568 y seguía las trazas de la Torre Dorada del Real Alcázar de Madrid, donde Felipe II tenía instalado su despacho con vistas al río Manzanares. La finalización del torreón del palacio segoviano concluyó en 1571, pero la escasa documentación que se conserva ha provocado que no se sepa con certeza el uso que se dio a este espacio. Lo que está claro es que las vistas de la Sierra de Guadarrama desde ella debían ser impresionantes.

Los gustos del Renacimiento quedaron completamente reflejados en los jardines del palacio. Mientras que los del Rey contaban con un estanque central, el de la Reina era todavía más completo; además de la vegetación, disponía de dos fuentes, una gruta y hasta un sala de burlas, donde la Corte se divertía viéndose reflejada en espejos que transformaban sus cuerpos. El trazado y diseño de estos jardines seguirían el prototipo de los del Real Monasterio de El Escorial, los cuales todavía persisten.

Ruinas del Palacio de Valsaín y de la Torre Nueva

A pesar de haber sido un palacio fundamental en la historia de España, ya que fue el germen de lo que actualmente conocemos como Reales Sitios, Valsaín terminó cayendo en el olvido tras su incendio y se convirtió en un fantasma más de los muchos que vagan por los campos de Castilla, una joya en ruina que solo la imaginación permite devolver a la vida. Aunque llegó a haber un proyecto de recuperación de parte de sus restos para su conversión en hotel, finalmente aquel alojamiento digno de reyes no llegó a construirse. La que un día fue la Casa del Bosque de Segovia continúa siendo el símbolo de los vecinos de Valsaín, cuyas casas se entremezclan con aquellos centenarios muros, rezumando una historia que nos hace sentir unos auténticos #turistaenmipaís cuando contemplamos lo que un día fue.

J.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

FERNÁNDEZ-COSSÍO, P. G. (2012). La Torre Nueva del Palacio de Valsaín. Reales Sitios: Revista del Patrimonio Nacional (191), 38-53. Recuperado de: https://www.castellarnau.org/files/plugin/contenidos/pdf/TorrePalacioValsain.pdf

FERNÁNDEZ-COSSÍO, P. G. (2013). El palacio de Valsaín: Una reconstitución a través de sus vestigios [Tesis]. Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, Universidad Politécnica de Madrid. Recuperado de: https://oa.upm.es/19853/1/PABLO_GARATE_FERNANDEZ_COSSIO_1.pdf

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