Cuando Madrid se convirtió definitivamente en Corte de los reinos españoles durante el reinado de Felipe III, concretamente en 1606, la villa experimentó un crecimiento sinigual, configurándose paulatinamente como una verdadera capital, un trabajo que ya había sido iniciado por su padre, el Rey Prudente. Sin embargo, uno de los personajes fundamentales para entender también todos estos cambios es Francisco de Sandoval y Rojas, Duque de Lerma y valido del monarca que abrió el período de los Austrias Menores. La sombra de este noble estuvo detrás del traslado de la Corte a Valladolid (1601-1606), para luego regresar a Madrid, aunque todo respondió al desarrollo de una auténtica maniobra urbanística para enriquecerse.
En los albores del siglo XVII, y gracias precisamente al hijo del Duque de Lerma, se fundó en la madrileña Calle Mayor el Monasterio del Santísimo Sacramento. Se levantó junto al mismo palacio que la familia había construido en la recién estrenada capital de Las Españas, muy cerca de la desaparecida Iglesia de Santa María de la Almudena, configurando un entorno único con el que se demostraba el poder de este linaje. Su grandeza aún se refleja en la iglesia monacal. Vicisitudes del destino han conducido a que el templo sea actualmente la Catedral de las Fuerzas Armadas de España, uno de los monumentos más desconocidos de Madrid cuya historia, secretos y riqueza artística vamos a descubrir a continuación.
Historia de la Catedral de las Fuerzas Armadas
En el siglo XVII, la Calle Mayor era una de las arterias más importantes de Madrid, ya que conectaba la Puerta del Sol, límite oriental de la villa por aquel entonces, con el Real Alcázar, sede del poder real. Los nobles construían sus palacios en torno a ella, con la finalidad de estar cerca de la residencia de la Familia Real. Cristóbal Gómez de Sandoval Rojas y de la Cerda, primer Duque de Uceda e hijo del famoso primer Duque de Lerma, y ambos validos de Felipe III, dejó impronta también de la grandeza de su linaje y ordenó construir un ostentoso palacio frente a la iglesia en la que recibía culto la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena.

Las obras del Palacio de Uceda, como así se denominó y que actualmente sirve de sede al Consejo de Estado, comenzaron alrededor de 1610, siendo una de las residencias nobiliarias mejor conservadas de Madrid cuyas trazas responden al final del estilo herreriano, mezcladas ya con el Barroco puro. Para engrandecer el palacio, el Duque de Uceda llevó a cabo la fundación del Monasterio del Santísimo Sacramento en 1615. Imitaba de este modo a los propios Reyes de España, Felipe III y Margarita de Austria-Estiria, que habían erigido el Real Monasterio de La Encarnación junto al Alcázar. De hecho, el Monasterio del Sacramento también contaba con un pasadizo que unía directamente el edificio con el palacio ducal.
La construcción de la iglesia
El 21 de junio de 1615, llegaron desde Valladolid un grupo de monjas bernardas del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana para hacerse cargo de la fundación madrileña promovida por el Duque de Uceda. Las obras de la iglesia monacal del Santísimo Sacramento no comenzaron hasta 1671, estando bajo la supervisión de Bartolomé Hurtado García, arquitecto originario de la localidad madrileña de Parla que firmó los planos del proyecto. Entre 1690-1744, año en que finalizaron, estuvieron al frente Pedro de Ribera y Francisco Esteban. El resultado fue una de los ejemplos más singulares de la arquitectura barroca madrileña.

A diferencia de otros tantos conventos o monasterios de Madrid, el del Santísimo Sacramento de la Calle Mayor no sufrió las consecuencias de la Guerra de Independencia, el reinado de José Bonaparte ni fue víctima de los procesos desamortizadores de finales del siglo XIX. Como curiosidad, la imagen de la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena, permaneció en la iglesia del monasterio de las madres bernardas tras la demolición de su iglesia de la Calle Mayor, permaneciendo en ella hasta 1911 en que se trasladó a la cripta de la actual catedral.
Atentado a Alfonso XIII y Victoria Eugenia
El 31 de mayo de 1906, se celebró en Madrid la boda real de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg. Lejos de recordar aquella jornada con alegría, un terrible suceso aconteció y tiñó el ambiente de tristeza. Tras el casamiento en la Iglesia de Los Jerónimos, la comitiva partió hacia el Palacio Real, donde se iban a desarrollar los festejos. Mientras el carruaje real pasaba por el actual número 84 de la Calle Mayor, en el tercer piso un anarquista lanzó una bomba camuflada en un ramo de flores.

Mateo Morral fue quien arrojó la bomba que, lejos de caer sobre el carruaje de los Reyes, se desvió al chocar contra el tendido del tranvía y fue directo contra el público que se agolpaba para ver la comitiva real. Murieron veinticinco personas y cientos resultaron heridas, saliendo ilesos Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Hoy en día, un monumento situado frente a la Catedral Castrense recuerda este impactante suceso que aconteció a pocos pasos del pórtico de entrada a la iglesia.
De Iglesia del Sacramento a Catedral Castrense
El Monasterio del Santísimo Sacramento, que había escapado de los franceses y la desamortización, no pudo evitar los estragos de la Guerra Civil (1936-1939). Aunque tres años antes del inicio del conflicto una bomba ya provocó daños en el edificio, durante la contienda quedó prácticamente destruido, lo que obligó a la reconstrucción de las dependencias religiosas. Por su parte, la iglesia monacal fue restaurada por Fernando Chueca Goitia en la segunda década de los años 70, coincidiendo con la demolición definitiva del edifico del monasterio. Aquella decisión marcó un antes y un después en el entorno, ya que fue sustituido por un grupo de viviendas que rompen completamente con la belleza y singularidad castiza de la zona. Solamente se salvó el templo y el Huerto de las Monjas.

Coincidiendo con la demolición del monasterio y la restauración de la iglesia, el Ministerio de Defensa adquirió el monumento en 1979, cediéndolo al Arzobispado Castrense de España, que lo bendijo como Catedral de las Fuerzas Armadas el 25 de junio de 1985. Tres años antes había sido declarada Monumento Artístico Nacional, una distinción que responde a la importancia artística e histórica de esta joya de la arquitectura madrileña de los siglos XVII y XVIII. Todavía hoy se conoce como Iglesia del Sacramento, aunque las monjas bernardas han cedido el testigo a las Fuerzas Armadas, que han hecho de este templo su catedral en España.
Visita a la Catedral Castrense de España
Una vez que hemos descubierto brevemente la historia del antiguo Monasterio del Santísimo Sacramento, cuya iglesia es actualmente la Catedral de las Fuerzas Armadas de España, vamos a adentrarnos en su interior, recorriendo su planta de cruz latina y contemplando sus diversos altares. El templo conserva el gusto barroco propio de la época en que fue levantado, destacando la luminosidad que inunda cada uno de sus rincones. Durante la visita, hay que alzar la vista para apreciar los frescos que decoran las naves y su maravillosa cúpula.
Nave central
Un total de seis altares o capillas, tres a cada uno de los lados, se dan cobijo la amplia nave central de la Catedral Castrense. Todos ellos están conformados por obras de la escuela andaluza en su mayoría. De entre las diversas imágenes, hay que destacar la del Cristo crucificado que se sitúa en la primera capilla izquierda nada más acceder a la iglesia, obra de la escuela sevillana del siglo XVII y atribuido a Francisco de Ocampo. A sus pies, una lápida recuerda a los fallecidos en el accidente del Yak 42 en el que 63 militares españoles perdieron la vida en 2003. De hecho, parte de los restos mortales reposan en la cripta del templo.

Respecto del resto de altares, están protagonizados por San Francisco Javier, que aparece bautizando a un indio, acompañado de San Judas Tadeo y San Juan Nepomuceno, quien es patrón de la infantería española; un conjunto de la escuela andaluza que representa a la Sagrada Familia; San Antonio, de la escuela vallisoletana; un lienzo del siglo XIX que representa a las Ánimas Benditas del Purgatorio, y un altar dedicado a San Pedro Claver y Santo Toribio de Mogrovejo. Todas ellas son piezas de gran valor artístico que nos indican la importancia histórica que este templo ha tenido en la vida social de Madrid.
Altar mayor
Avanzando por el interior de la Catedral Castrense, llegamos hasta el altar mayor, que rompe el gusto barroco propio del resto del templo. Un retablo neoclásico, custodiado por dos columnas corintias de estuco, representa a los santos Benito y Bernardo adorando al Santísimo Sacramento, advocación a la que se encuentra consagrada la iglesia y el desaparecido monasterio al que un día perteneció. Es una obra de Gregorio Ferro, pintor de cámara de Carlos III y discípulo de Goya. Por su parte, el ático está coronado por la representación del Espíritu Santo, mientras que a cada lado se puede contemplar un tapiz, realizados en 2003: “Conversión del centurión” y “El bautismo del centurión Cornelio por parte de san Pedro”.

El altar mayor está custodiado por dos pequeños retablos a cada lado. A la derecha, San Bernardo, y a la izquierda San Benito. No obstante, lo más importante y destacado se encuentra en sus respectivos áticos, donde podemos contemplar dos lienzos de Luca Giordano, pintor italiano del Barroco que ejecutó para la Iglesia del Santísimo Sacramento de Madrid las obras de «La Sagrada Familia«, sobre San Bernardo, y «La educación de la Virgen«, en el otro extremo y donde podemos ver a San Joaquín y Santa Ana. Estos son dos de los grandes secretos de la Catedral Castrense.

Capilla del lado del Evangelio
En el lado del Evangelio, es decir, el crucero o nave izquierda de la iglesia mirando hacia el altar mayor, se da culto a la imagen del Santísimo Cristo de la Fe, popularmente conocido como Cristo de los Alabarderos, una de las devociones más destacadas de la Semana Santa de Madrid. Cada Viernes Santo, la talla, realizada en 2007 y que sustituye a otra anterior, parte en procesión desde el Palacio Real de Madrid para realizar su Estación de Penitencia, viéndose arropada por el cuerpo de Alabarderos.

Otro de los altares de la capilla del Evangelio está protagonizado por una maravillosa Piedad de la escuela andaluza del siglo XVIII, de clara inspiración del círculo de Luis Salvador Carmona, acompañada de dos tallas: Santa Teresa de Jesús, del siglo XVII y de trazas similares a las de Gregorio Fernández, y San Pedro de Alcántara, de la escuela de Pedro de Mena. Sin duda, los amantes de la historia del arte tienen un gran lugar al que peregrinar en el centro de Madrid.
Capilla del lado de la Epístola
Para finalizar esta visita virtual que estamos realizando de la Catedral Castrense, nos acercamos hasta la capilla del lado de la Epístola. Se encuentra presidida por un altar dedicado a Nuestra Señora del Patrocinio, talla de vestir que rompe la armonía de escultura de bulto que conforma el resto de altares de la iglesia. Una imagen de la Virgen de Loreto, patrona del Ejército del Aire español, terminan de conformar este rincón de la Catedral Castrense. Por su parte, desde el lado de la Epístola se accede a la Capilla del Santísimo, donde se da culto también a la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil.

Después de haber sobrevivido a la invasión napoleónica, el reinado de José I y la Desamortización de finales del siglo XIX, el Monasterio del Santísimo Sacramento que fue fundado en 1615 por el Duque de Uceda fue sentenciado en la Guerra Civil. Su iglesia se salvó de la destrucción, siendo hoy en día uno de los grandes secretos de Madrid que pasa desapercibido para muchos turistas, que encaminan su visita hacia la Catedral de la Almudena, obviando la otra catedral de la villa, la de las Fuerzas Armadas de España. Recorriendo su interior, contemplando sus obras de arte y descubriendo su historia, nos sentimos unos auténticos #turistaenmipaís.
J.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANTON BARCO, M., TEJELA JUEZ, J. (2010). El Monasterio del Santísimo Sacramento. Revista Madrid Histórico (26), pp. 50-57. Recuperado de: https://repositorioinstitucional.ceu.es/bitstream/10637/3171/1/Monasterio_M_Anton_Madrid_His_2010.pdf
TOVAR MARTÍN, V. (1975). Bartolomé Hurtado, aparejador mayor de obras reales, en el monasterio del Sacramento de Madrid. Villa de Madrid (45-46), pp. 25-36. Recuperado de: http://www.memoriademadrid.es/download.php?nombre=hem_villademadrid_n045-046.pdf&id=./doc_anexos/Workflow/0/19334/hem_villademadrid_n045-046.pdf
Un comentario en “La Catedral de las Fuerzas Armadas de España, una joya del arte y la historia en Madrid”