Madrid es una de las ciudades de España que más patrimonio cultural ha perdido en los últimos dos siglos. Los adoquines de la capital del país, que sin dejar de ser villa es también una de las ciudades más cosmopolitas y visitadas de Europa, todavía susurran las hazañas de su largo pasado, aunque, en ocasiones, cuesta encontrar los testigos vivos y materiales de esas historias, como así son los monumentos.
Por este punto del centro de la geografía ibérica ya se interesaron los visigodos, aunque verdaderamente el comienzo de la historia de lo que hoy en día conocemos como Madrid se remonta al período de dominación árabe, en pleno siglo VIII. Los musulmanes dieron forma a aquel Mayrit o Magerit que fue creciendo alrededor de la fortaleza o al-mudayna que construyeron para defender la cercana Toledo, la joya de la corona visigoda que fue recuperada en 1085 por Alfonso VI de León. Por el camino, dos años antes, el rey también se hizo con Madrid, cristianizando de nuevo esta naciente villa. La primera decisión del monarca fue la consagración de la Iglesia de Santa María. ¿Dónde podemos encontrarla? En la lista del patrimonio desaparecido, aunque hoy la convertimos en reaparecido en Turista en mi país.

Historia de la Iglesia de Santa María de la Almudena
La tradición y la leyenda forman parte de la historia de la Iglesia de Santa María, templo que, en un principio, no fue conocido como Santa María de la Almudena. El primer documento que detalla esta advocación data de 1377, destacando también que en la confirmación de los privilegios concedidos en tiempos de Enrique IV por la reina Juana I de Castilla el 2 de mayo de 1508 aparece nombrada también con la advocación de la patrona de Madrid. Diversos estudios aseguran que el origen del edificio era anterior a la conquista árabe, al tratarse de una iglesia o ermita dedicada a la Virgen que habría sido levantada por los visogodos.
Los musulmanes fueron tolerantes con las creencias de los cristianos de Mayrit, por lo que pudieron mantener vivo este pequeño lugar de culto, hasta que en el año 850 se prohibió el estudio del latín o se les obligó a acudir a las escuelas arábigas, siendo entonces cuando comenzaron a tener más presión sobre su fe. A esto hay que añadir que la Iglesia de Santa María se encontraba muy próxima a la muralla y alcazaba, por lo que, con el paso de los años, acabó formando parte del recinto y fue reconvertida en mezquita. Sin embargo, no parece que hicieran cambios sustanciales en su estructura, más allá de los necesarios para su mantenimiento.

En 1083, Alfonso VI de León recupera Madrid y la integra de nuevo en los dominios cristianos. Como hemos avanzado anteriormente, la primera medida que tomó el rey fue purificar o consagrar nuevamente al culto católico la iglesia de Santa María, que los musulmanes habían convertido en mezquita. Sin embargo, todo apunta a que el rey decidió derruir el templo y construir uno nuevo en estilo románico, fundando también una comunidad monástica regida por la Orden de San Benito y que fue abandonada en la segunda mitad del siglo XV. De este modo, la iglesia de la Almudena se convirtió en la primera en ser construida en Madrid, apareciendo en el Fuero de 1202, dado por Alfonso VIII de Castilla.

Entre 1436 y 1562, fueron sucediéndose diversas obras en la que era una de las principales iglesias de la villa, al darse culto en ella, nada más y nada menos, que a su patrona. Fue en este período cuando su fisionomía cambió y se añadieron una gran cantidad de capillas fundadas por familias nobles y pudientes madrileñas. Sin embargo, 1638 fue el año clave para esta desaparecida iglesia, siendo el momento en el que se llevó a cabo una importante reforma durante el reinado de Felipe IV que dotó al edificio de un aspecto barroco y de la forma que conservó hasta su derribo, en el siglo XIX. La reina Isabel de Borbón fue la gran precursora de estos cambios, ya que era muy devota de la Almudena. No hay que olvidar la rehabilitación neoclásica de Ventura Rodríguez en 1777, momento en el que la iglesia presentaba cierta ruina.

Derribo de la Iglesia de Santa María de la Almudena
A finales del siglo XIX, la corporación municipal de Madrid, encabeza por Nicolás María Rivero, decidió llevar a cabo una ampliación de la calle Mayor con la finalidad de que el Palacio Real comenzase en una vía más amplia y se convirtiera en una de las mejores de la ciudad. Esta acción urbanística incluía el derribo de la Iglesia de Santa María de la Almudena. Sin más miramientos, el 25 de octubre de 1868 se celebró la última misa y se clausuró el edificio, comenzado el derribo de doce siglos de historia de la villa al día siguiente. Sin duda, uno de los días más tristes para el patrimonio cultural madrileño, que perdió una joya arquitectónica, como así era la primera iglesia que se construyó en la ciudad y, por tanto, la más antigua de todas, un título que ahora se disputan entre San Pedro El Viejo, San Nicolás y Santa María la Antigua.

Años después de quedarse sin casa, se emprendió el proyecto de construir una nueva parroquia que diera cobijo a la patrona de Madrid que, gracias a la intercesión de la Corona y con el tiempo, se acabaría convirtiendo en la catedral que contemplamos hoy en día, al convertirse la ciudad en Diócesis propia. Qué irónica es la historia: fue el sexto rey de nombre Alfonso quien en 1083 construyó la primitiva iglesia de la Almudena, y fue también un rey llamado Alfonso, pero en este caso XII, el que 800 años después, concretamente el 4 de abril de 1883, colocó la primera piedra de la hoy Catedral de Santa María la Real de la Almudena.
Los tesoros de la Iglesia de Santa María de la Almudena
En 1998, unas obras en la Calle Mayor sacaron a la luz los restos del ábside de la iglesia, situados en la actualmente denominada Calle de la Almudena. Estos cimientos se encuentran cubiertos por una estructura acristalada y, junto con la placa y pequeña maqueta de metal que los acompaña, son los únicos testigos arquitectónicos que nos quedan de la Iglesia de Santa María. Sin embargo, su recuerdo todavía es palpable en parte del tesoro artístico que se conserva, aunque disperso, por varios puntos de la capital.
- Talla, mantos y trono de la Virgen de la Almudena
La principal joya que se libró de la demolición, como era lógico, fue la talla de Nuestra Señora la Real de la Almudena, junto con su trono de plata, datado de 1640 y siendo un regalo del pueblo de Madrid, sobre el cual todavía descansa la escultura en el crucero de la actual catedral. La efigie parece que sustituyó a la primitiva que la leyenda dice encontró el rey Alfonso VI en el cubo de la muralla, de la al-mudayna, de ahí el nombre de su advocación, y que se debió de quemar en un incendio acaecido en tiempos de Enrique IV de Castilla.
Altar de la Virgen de la Almudena Mantos de la Virgen de la Almudena
Fuente: Museo de la Almudena
La que se venera en la actualidad está atribuida a Diego Copín de Holanda, de finales del siglo XV y principios del XVI. Desde tiempos de Felipe IV hasta 1890, la imagen se vestía con mantos que se conservan en el actual Museo de la Catedral de la Almudena, expuestos en una copia de la talla original que se van alternando por temporadas por motivos de conservación.
- Imagen mural de la Virgen de la Flor de Lys
Con motivo de preparar el retablo mayor para las novenas ofrecidas por la reina Isabel de Borbón en 1623 ante su próximo embarazo, apareció una pintura mural de estilo bizantino detrás del mismo, que no se desprendió de la pared hasta las reformas de 1638. Se trata de la Virgen de la Flor de Lis, que, aunque los estudios son difusos, parecen concluir que fue mandada pintar por Alfonso VI. La flor podría ser una atribución de la pureza de la Virgen o un guiño a su esposa, Constanza de Borgoña, de origen francés. Hoy en día, recibe culto en la cripta de la catedral, siendo la representación mariana más antigua de Madrid junto con la de la Virgen de Atocha y una joya del arte.

- Cristo del Buen Camino y hachero
También en la cripta de la Catedral de La Almudena encontramos el Cristo del Buen Camino, una talla de madera policromada del siglo XVIII procedente de la Iglesia de Santa María. Asimismo, en este espacio se conserva un hachero de 1803, también del templo primitivo.
- Óleos sobre la historia de la Virgen de la Almudena
Se conservan dos óleos de autor anónimo datados de 1640 que eran parte del tesoro de la primitiva Iglesia de Santa María: “Procesión de Santa María de la Almudena en 1638” e “Intervención y milagros de Santa María de la Almudena”. Fueron trasladados al Convento del Sacramento de las Monjas Bernardas tras el cierre de la iglesia, pudiendo contemplarse actualmente en la Catedral de la Almudena.
Intervención y milagros de Santa María de la Almudena. Fuente: Mercedes Gómez Procesión de Santa María de la Almudena en 1638. Fuente: Archimadrid
- Óleo de El Milagro del Pozo
La reina Isabel de Borbón mandó pintar a Alonso Cano la obra “El Milagro del Pozo”, siendo colocada en el ático del retablo mayor de la Iglesia de Santa María. Representa el momento en el que el hijo de San Isidro y Santa María de la Cabeza había caído a un pozo e imploraron a la Virgen de la Almudena, de la que eran muy devotos, para que lo salvase, como así dice la leyenda del milagro. El cuadro entró a formar parte de la colección del Museo del Prado en 1941, exhibiéndose en la Sala 016B.

Aunque la Iglesia de Santa María de la Almudena gozó de un rico tesoro artístico, con obras también de Gaspar Becerra, Luca Giordano o Diego Polo, las piezas que hemos recogido anteriormente son de las pocas que se conservan, sin olvidar tampoco unos fragmentos de capiteles expuestos en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, situados en Alcalá de Henares y recuperados en 1998.

La Iglesia de Santa María de la Almudena forma parte de la memoria de Madrid, una memoria que hoy hemos recuperado para que forme parte del patrimonio reaparecido de la ciudad y, al menos virtualmente, deje de estar desaparecido y nos haga sentir también #turistaenmipaís viajando por el pasado de esta villa.

Patrimonio Reaparecido
Madrid ha perdido importantes monumentos a lo largo de su historia. Es momento de volver a descubrirlos jugando con la imaginación
J.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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6 comentarios sobre “La Iglesia de Santa María de la Almudena, la primera iglesia construida en Madrid que acabó siendo víctima del urbanismo del siglo XIX”