Una ruta por reales monasterios: fundaciones monásticas para recordar los reyes medievales de la historia de España

La Corona y la Iglesia, hasta prácticamente el siglo XIX, han caminado dadas de la mano. Además de construir castillos o palacios, los reyes y reinas que han regido el destino de los reinos españoles también han querido dejar huella de su legado emprendiendo la fundación de monasterios y conventos. Hoy en día, muchos de ellos continúan estando relacionados con en el patrimonio real, dentro de la red de Patrimonio Nacional, que los gestiona, mientras que en otros solamente queda el recuerdo. La visita a estos cenobios permite repasar la cronología de los reyes de la historia de España, destacando las fundaciones monásticas reales que recogemos a continuación, centradas en los monarcas que protagonizan los capítulos medievales. ¿Vienes a descubrirlas en esta ruta turística?

García Ramírez de Pamplona y Tulebras

El testamento de Alfonso I de Aragón y Pamplona, conocido como El Batallador, establecía que legaba sus reinos a las órdenes militares del Temple, Santo Sepulcro y San Juan de Jerusalén. Sin embargo, los nobles no lo aceptaron, por lo que ofrecieron a los caballeros una serie de prebendas, como fortalezas, para que renunciasen a esta herencia. Además, separaron el destino de Aragón y Navarra, situando en el trono aragonés a Ramiro II, hermano de Alfonso I, y en el navarro a García Ramírez, de ascendencia real. Era, nada más y nada menos, que el nieto de El Cid.

García Ramírez pasó a la historia como el Restaurador, ya que su llegada al trono en 1134 permitió la restauración de la independencia del reino navarro, todavía en torno al eje pamplonés. En 1147, tres años antes de morir, fundó el Real Monasterio de Santa María de la Caridad, más conocido como Monasterio de Tulebras, el lugar en que se encuentra ubicado. Fue el primer cenobio femenino de la Orden de Císter en España. De él dependieron otros conventos hasta 1199, cuando perdió esta privilegiada posición en favor de la fundación de La Huelgas Reales de Burgos.

Ramón Berenguer IV y Poblet

Ramón Berenguer IV fue Conde de Barcelona, pero también la llave con la que el condado se unió dinásticamente al reino de Aragón. Cuando contaba más de veinte años, fue prometido con Petronila de Aragón, hija y heredera de Ramiro II y que en aquel momento solamente era un bebé de tan solo un año. Nunca fue intitulado como rey, prefiriendo el de Príncipe de Aragón.

Ramón Berenguer IV falleció en 1162. Aunque fue sepultado en el Monasterio de Ripoll, sus restos se trasladaron al de Poblet, una fundación monástica emprendida por él mismo en 1150. De hecho, el Real Monasterio de Santa María de Poblet, declarado Patrimonio de la Humanidad, se convirtió en el siglo XIV en el panteón real de la Corona de Aragón, lo cual se mantuvo hasta el siglo XV, con Juan II como último rey aquí enterrado, ya que su sucesor, Fernando El Católico, se encuentra inhumado en la Capilla Real de Granada.

Alfonso VIII de Castilla y Las Huelgas

Alfonso VIII de Castilla ha pasado a la historia como el de las Navas, por ser el precursor de la unión de todas las fuerzas cristianas de los reinos españoles, además de ayuda de órdenes militares y de caballeros de otros puntos de Europa, para derrotar a los árabes en la Batalla de las Navas de Tolosa, que se libró en el mes de julio de 1212 y marcó un punto de inflexión en la denominada Reconquista.

Aunque aquella empresa bélica es el hecho por el que es recordado, no hay que olvidar que Alfonso VIII de Castilla y su esposa, la reina Leonor, fueron los monarcas fundadores del Real Monasterio de Santa María de las Huelgas, en Burgos. El cenobio fue fundado el 1 de junio de 1187 y se convirtió en un verdadero centro de poder religioso, ya que acabó siendo la cabeza de la Orden femenina del Císter en los reinos españoles. Además, su construcción también estuvo motivada por la idea de proyectar un panteón para la casa real castellana.

Jaime I de Aragón y el Convento de Santo Domingo (Zaragoza)

Jaime I de Aragón es uno de los monarcas más legendarios de la historia aragonesa. Su alma bélica motivó las conquistas de Valencia, Mallorca o Menorca, sus hazañas más destacadas. Conocido como el Rey Templarios, ya que se crió en el Castillo de Monzón junto a los caballeros de la Orden del Temple, en su biografía aunque también cabe destacar la fundación del Convento de Santo Domingo, en Zaragoza.

En 1219, Jaime I llevó a cabo la fundación del Convento de Santo Domingo en la capital del Ebro. Se trataba de la primera obra de arte mudéjar en la ciudad, sufriendo numerosas modificaciones a lo largo de su historia, destacando la reedificación que se hizo de la iglesia en el siglo XVII en estilo barroco, convirtiéndola en la más grande de Zaragoza después de El Pilar y la Seo catedralicia. Durante la Guerra de Independencia, fue duramente destruido, lo que provoca que sus únicos vestigios vivos sean el refectorio y parte de la iglesia.

Alfonso X de Castilla y el Monasterio de Caleruega

Uno de los reyes más famosos y reconocidos de la historia castellana es Alfonso X. Alabado por el avance cultural, científico, territorial y jurídico que experimentaron los reinos de Castilla y León durante su gobierno, a él también se debe la fundación del Real Monasterio de Santo Domingo, en Caleruega (Burgos). Se trata de uno de los centros espirituales más importantes de España, ya que fue construido sobre el mismo solar donde nació Santo Domingo de Guzmán, padre y fundador de los Dominicos.

1266 es el año en que se produjo esta fundación monástica. Se trata de unos de los recintos religiosos medievales mejor conservados de la región, en el que historia y arte son sus señas de identidad. El Monasterio de Caleruega responde al estilo románico con incipientes muestras góticas. Con él, Alfonso X quiso aprovecharse del prestigio de Santo Domingo de Guzmán, uno de los personajes europeos más carismáticos de la Edad Media, para sus propios intereses dinásticos. De hecho, en la iglesia fue enterrada su hija, la infanta Leonor, en vez de en Las Huelgas, dotando así de importancia al complejo.

Juan II de Castilla y la Cartuja Miraflores

El padre de Isabel La Católica ha pasado a la historia más conocido por ello que por ser un rey de Castilla de derecho propio. Esto no solo se ha visto reflejado en los libros de historia, sino también en los de arte y arquitectura. La Cartuja de Miraflores fue una fundación monástica emprendida por el propio monarca en 1442, donando a los monjes un palacio construido por su propio padre a comienzos de siglos, donde se instalaron.

En 1454, el palacio-monasterio sufrió un terrible incendio, el mismo año en el que Juan II falleció, aunque antes de morir estableció su reconstrucción. Su sucesor, Enrique IV, apenas mostró interés, aunque todo cambió cuando Isabel La Católica accedió al trono en 1474. Es por ello que la Cartuja de Miraflores quedó ligada al período isabelino, aunque verdaderamente este bello complejo, que goza de formar parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad por ser parte del Camino de Santiago Francés, fue una fundación real de Juan II de Castilla.

Enrique IV de Castilla y El Parral

Siendo todavía príncipe de Asturias, el futuro Enrique IV decidió fundar en 1447 el Real Monasterio de Santa María del Parral, situado en la misma ciudad de Segovia. El monarca, que ha pasado a la historia como el Impotente por sus problemas para engendrar un heredero al trono con sus dos esposas, dejó su huella en el patrimonio religioso español en este cenobio.

La fundación del Monasterio del Parral fue realizada por Enrique IV, pero la hizo a nombre de Juan Pacheco, marqués de Villena, debido a que todavía no era rey y podía estar mal visto. Esto provocó que, aunque Enrique IV pretendía ser enterrado en su monasterio segoviano, en el altar mayor, finalmente este espacio fuera ocupado por los marqueses, estando el monarca sepultado en Guadalupe, en vez de en el cenobio que él mismo levantó y que es una de las joyas patrimoniales de Segovia, de visita imprescindible.

Los Reyes Católicos y San Juan de los Reyes

Los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, cerraron el período medieval de la historia de España, estando situado su reinado entre el final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna y el Renacimiento. El título que recibieron del Papa Alejandro VI, para ellos y sus sucesores, avanza la relación que mantuvieron con la religión a lo largo de su reinado. Es por ello que, aunque emprendieron la construcción de monasterios o iglesias a lo largo de su gobierno, el máximo exponente se encuentra en Toledo, con la fundación del Monasterio de San Juan de los Reyes.

El Monasterio de San Juan de los Reyes se construyó para conmemorar la victoria de Isabel La Católica contra su sobrina Juana y sus partidarios en la Guerra de Sucesión de Castilla. Del mismo modo, con él quisieron agradecer el nacimiento del príncipe Juan, así como establecer un panteón real para su familia. Sin embargo, esta idea al final no se llevó a término, ya que los Reyes Católicos se encuentran sepultados en la Capilla Real que construyeron en Granada.

La ruta turística por las fundaciones monásticas que hemos recorrido en este artículo es un ejemplo perfecto de cómo la historia y el patrimonio cultural van unidos en la gran mayoría de los casos, siendo el turismo es la disciplina perfecta para ponerlo en valor. Visitando estos monasterios, se repasan las huellas históricas a ellos asociados y, en definitiva, la historia de toda España, sintiéndote un verdadero #turistaenmipaís.

J.

6 comentarios sobre “Una ruta por reales monasterios: fundaciones monásticas para recordar los reyes medievales de la historia de España

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